Bash permite la ejecución de shell scripts bastante potentes. A menudo, este es un recurso muy utilizado por administradores de sistemas para labores de lo más variadas.
A todo el mundo el ocurre en alguna ocasión que un script no hace lo que debería, falla en algún punto y a pesar de revisar el código una y otra vez no se ve el punto de fallo.
Llegados a esta situación, es el momento de añadir comentarios a lo largo del código para intentar acotar el segmento donde se produce el fallo. Un echo dentro del if y otro en el else, para ver por dónde pasa. Y uno más en el bucle para ver las repeticiones que se producen.
Una vez encontrada y corregida la errata, a buscar todos los comentarios que se insertadon para eliminarlos.
Hay un método mucho más fácil para seguir la pista a la ejecución de un script y ver así cuál es su punto de fallo.